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Desarrollo Humano

todo a su tiempo
¡Todo tiene su tiempo!

Por: Sandra Lorena García Flores.

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. (Eclesiastés 3,1-8)

De acuerdo con la Enciclopedia Ilustrada Cumbre, el tiempo es la relación que se establece entre dos o más fenómenos, sucesos, cuerpos u objetos. Coincidirás conmigo en que definir la palabra tiempo no es sencillo. Como lo observamos en la obra Confesiones, el mismo Agustín de Hipona decía: “¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. Infiero que si definir la palabra tiempo es difícil, mucho más complicado resulta administrar tan valioso recurso.

Lo que sí podemos asegurar es que el tiempo es un recurso no renovable, que el tiempo es vida. Para algunos el tiempo es oro, dinero, los norteamericanos dicen “time is money”. Para los griegos el tiempo era un dios: Crono, Chronos. Para ti, ¿qué es el tiempo?

En nuestros días es muy común escuchar distintos mitos acerca del tiempo: “no tengo tiempo”, “no me alcanza el tiempo”, “el tiempo vuela”, “soy esclavo del tiempo”,  “se me viene el tiempo encima”, “lo que hace ese fulano es matar el tiempo”, “tenemos que recuperar el tiempo perdido”, “hay que ir en contra del reloj”. Estas cacareadas frases de escases de tiempo denotan la mala administración que solemos hacer de nuestro propio tiempo. Recién escuchaba una frase que me cimbró: “la prisa no es elegante”, me pregunté ¿qué comunico con respecto al tiempo?

En la actualidad vivimos muy aceleradamente, en consecuencia, el tiempo es un artículo de primera necesidad y por lo mismo precioso y preciado. Por tanto, pienso que una de las más grandes faltas de respeto en las que incurrimos hacía nuestro prójimo es la impuntualidad. ¿Somos capaces de preguntarnos que dejó la otra persona de hacer, de invertir, de ganar, qué sacrificó para estar con nosotros? Seguramente la otra persona pudo hacer mucho mientras esperaba por quien llega tarde, nos está dando algo que no le regresará.

Desde el desarrollo organizacional de las empresas, aplicable también a la vida personal, el enemigo del tiempo es cualquier circunstancia que se opone a la consecución de nuestros objetivos o que simplemente nos apartan de nuestros valores. Hay enemigos del tiempo internos y externos.

Existen dos factores elementales en el mal uso del tiempo: 

1.- Por vaciedad (falta de actividad)

2.- Por congestión (sobreactividad)

Si existe en tus hábitos uno de esos factores, ¿identificas cuál es?

Estudios de la universidad de Ohio han demostrado una estrecha correlación entre el fenómeno del estrés y el manejo del tiempo. Al respecto, hay un mensaje muy ad hoc del Dalai Lama: “Lo que más me sorprende del hombre es que pierde la salud para ganar dinero, después pierde el dinero para recuperar la salud. Por pensar ansiosamente en el futuro no disfruta el presente, por lo que no vive ni el presente ni el futuro. Vive como si no tuviese que morir nunca y muere como si nunca hubiese vivido”.

El destacado escritor estadounidense Stephen Covey, especializado en la efectividad, propuso la matriz denominada con el nombre de su autor (la matriz de Stephen Covey), la misma contiene dos dimensiones: importante-no importante y urgente-no urgente, combinando estas dimensiones obtenemos cuatro cuadrantes como se muestra a continuación:

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Paradójicamente muchas veces estamos parados en el cuadrante no importante-no urgente, sin valorar que los 86 mil 400 segundos que nos son concedidos todos los días no son acumulables, ni renovables.

Ojalá puedas realizar este ejercicio con el corazón y la mente abiertos. Recuerda que este ejercicio es muy personal, porque lo que es urgente e importante para mí, puede no serlo para ti y lo que es urgente e importante para ti puede no serlo para mí. Por ello, como decía la madre de la tanatología, Elizabeth Kubler Ross: “Haz lo que de verdad te importe, sólo así podrás bendecir la vida cuando la muerte esté cerca”. Yo estoy segura, que si seguimos esta máxima el uso de nuestro tiempo se multiplicará.

Es impresionante ver cómo ya estamos a finales de agosto, me parece que entre más grandes somos, más rápido se nos va el tiempo. Tengo una amiga muy querida que dice que ella parte la rosca de reyes y ya se le fue el año. Ya está llegando la fecha en la que hay que hacer propósitos nuevamente, la interrogante: ¿hemos administrado nuestro tiempo, de tal forma que estamos cumpliendo nuestros propósitos? El escritor, poeta y filósofo estadounidense Henry David Thoreau, sostenía que el tiempo es el río en el cual pescamos. A veces ese río está tan contaminado que no podemos pescar.

Desde varias áreas y disciplinas se nos propone llevar un registro diario de nuestras actividades, cuyo propósito es reflejar por escrito experiencias cotidianas junto con las lecciones extraídas de ellas. Tal acción nos permite tener una vida más plena y un tiempo mejor utilizado. Ojalá puedas llevar ese registro. El buen uso del tiempo es fuente de orden, serenidad, efectividad, seguridad, interés por la vida, plenitud, integridad, de mejor salud física, mental y espiritual.

Me parece que para reencontrarnos con nuestras prioridades, en donde usemos adecuadamente nuestro tiempo, es fundamental tener momentos de silencio en donde encontremos las respuestas correspondientes y, desde ahí, podamos plantearnos metas, objetivos y prioridades. Los griegos valorizaban el ocio saludable como prerrequisito para la sabiduría y la filosofía. El cristianismo, en su culto por la vida contemplativa, reafirmó el reposo como situación ideal para los religiosos y demás personas ansiosas para encontrar a Dios. Recuerda que el ocio no es lo mismo que ociosidad, ni el descanso es pereza.

La administración del tiempo está intrínsecamente ligado con la conciencia del tiempo y con la conciencia de muerte que tengamos. Al no ser consciente de que nuestras funciones físicas, cognitivas, entre otras, van mermando con el tiempo, desperdiciamos oportunidades, malgastamos vida.

Para la cultura oriental el pasado es muerte, el presente es vida y el futuro es miedo. En Cristo el pasado tiene sentido y el futuro esperanza, empero, la oración por excelencia de los cristianos, el Padrenuestro, nos invita a pedir por el pan de cada día, y no se refiere sólo al pan material, sino a experimentar el poder de vivir en el aquí y en el ahora, potenciando nuestro momento.

Como cristiana debo decir que no me parece justo que en nuestra libertad y responsabilidad, so pretexto de ser personas de fe, le adjudiquemos a Dios los resultados que por nuestra mala planeación y ejecución tengamos en nuestras vidas. 

Por último, te comparto una herramienta, enunciativa no limitativa, esperando te sea útil y te ayude a tener un día más pleno, productivo y feliz.

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He aquí la cita bíblica, materia del presente artículo, que también nos confirma la sabiduría divina.

 

Todo tiene su tiempo en la tierra y en el cielo.

 

(Eclesiastés 3:1-8) Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir; y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

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