El apostolado del ágape
La espiritualidad se encarna en obras concretas, en actitudes precisas, en acciones palpables. Ágape refiere al amor cristiano que se expresa en el compromiso con el prójimo, su espíritu es la Eucaristía, la ofrenda de sí a los demás. Nos interesa promover las actividades y las instituciones que embellecen con sus acciones las necesidades de los seres humanos, especialmente de los más vulnerables. Al respecto, en sus aportaciones compendiadas en “El nombre de Dios es misericordia”, en conversación con Andrea Tornielli el Papa Francisco hace una distinción: “La misericordia es divina, tiene más que ver con el juicio sobre nuestro pecado. La compasión tiene un rostro más humano. Significa sufrir con…, sufrir juntos, no permanecer indiferentes al dolor y al sufrimiento ajenos”. En efecto, Jesús no mira la realidad desde fuera, sino desde dentro, se implica con su persona. Y llama a vencer con esa actitud la “globalización de la indiferencia”.